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El invierno


“Durante la plenitud del invierno, es cuando la Tierra es más Tierra, cuando revela su verdadera sustancialidad”.
Rudolf Steiner

Las estaciones nos marcan el ritmo del año y, al celebrar las fiestas anuales, los seres humanos nos conectamos con la estructura temporal de la Tierra, lo cual nos da una sensación de seguridad al ser conscientes de la etapa que estamos viviendo. La naturaleza, la temperatura y el clima son dignas de ser experimentadas profundamente y nos recuerdan que la Tierra es nuestro hogar, además de regalarnos un perfecto ejemplo del tiempo y los ciclos de la vida.


Es muy importante que como adultos acompañemos a las y los niños en cada estación de forma correcta. Hay muchas cosas por experimentar, mucho que oír, ver, tocar, oler y saborear, y cada una de esas cosas puede determinar la forma en la que esperamos cada evento estacional y, viendo el panorama completo, también influirá en la manera en la que nuestros pequeños recordarán su infancia en un futuro.


Con la llegada del invierno las noches se vuelven más largas y la obscuridad se hace presente. Las luces comienzan a iluminar las ciudades y nos recuerdan la esperanza.


Para la pedagogía Waldorf, es muy importante acompañar a las y los niños durante cada estación del año. En invierno celebramos con cuentos de hadas y canciones propias de la época. Al recitar y cantar, celebramos junto a los pequeños la parte más hermosa de esta temporada.


Las fiestas que vienen con el invierno también incluyen un gran trabajo espiritual y una forma de conectar nuestro interior con el universo. Es una temporada de anhelos, propósitos e ilusiones.


El invierno es una época de reflexión que nos permite adentrarnos a nuestro interior y trabajar en nosotros mismos y en el espacio que nos rodea. Si bien las festividades invernales pueden llegar a ser las más deseadas por muchos, no se trata sólo de las decoraciones exteriores o de regalos, sino de un proceso interno que nos dará satisfacciones mucho más gratificantes.


En las escuelas Waldorf se describe a la primavera como una exhalación, mientras que el invierno es una inhalación. Durante esta inhalación, la naturaleza duerme y hay mucha tranquilidad en la superficie de la tierra. Mientras el exterior permanece en calma, nuestra luz interior se manifiesta cada vez con más brillo.


En este año que concluyó, en Colegio JSS celebramos junto a una espiral de invierno. Una vela grande brilla en en el centro y representa esa luz que llevamos dentro. Las y los niños se acercan a esta luz, y encienden su propia vela. Lo que al principio comenzó como obscuridad total, comienza a iluminarse hasta que todo se rodea de brillo. Hacer frente a la obscuridad requiere de mucho coraje y valentía.


Esta festividad, así como muchas otras que vivimos en el colegio, se experimenta al aire libre. Experimentar con el exterior y de cerca con la naturaleza permite a los pequeños vivir de cerca las maravillas de los cambios estacionales.


¡Aquí te compartimos algunas fotografías de nuestra celebración!





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