Es la capacidad de una persona o grupo social, no sólo de soportar crisis y adversidades, sino de poder recobrarse y salir fortalecido de ellas.
“Es triunfar, vivir, desarrollarse, de manera socialmente aceptable
a pesar del estrés o de una adversidad que implica normalmente
el grave riesgo de un resultado negativo”
-S. Vainstendael
La resiliencia es un concepto que puede resultar clave para que la educación cumpla sus objetivos fundamentales:
formar personas libres y responsables.
Favorecer la resiliencia en los niños, permite el desarrollo de competencias sociales, de comunicación, capacidad para la resolución de problemas, toma de conciencia y autonomía.
¿Cómo ayudar y aportar a los niños para que adquieran una actitud resiliente?
La presencia de adultos preocupados, compasivos, capaces de escuchar y de prestar ayuda de manera inteligente.
Actitudes positivas con respecto a las competencias del niño.
Invitar a los pequeños para que se vuelvan actores de su vida y no solamente consumidores de diversas ayudas.
¿Cómo desarrollar resiliencia en los peques?
· Hacer y tener amigos. Desarrollar relaciones personales y una red familiar fuerte, les brinda apoyo social al sentirse amparados y aceptados.
· Enseñarlos a ayudar a los demás. A través de trabajos voluntarios apropiados a su edad, así como de pequeñas tareas, los niños pueden sentirse valorados. Esto les permite superar la sensación de que no pueden hacer nada.
· Mantener una rutina diaria. Estableciendo una rutina diaria y seguirla, los pequeños pueden darse cuenta de que están cumpliendo y haciendo bien sus tareas.
· Combatir la inquietud y la preocupación. A pesar de la importancia de seguir una rutina, no hay que obsesionarnos con ella, pues también resulta necesario el darse tiempo para descansar y para el juego.
· Enseñarlos a cuidarse. Con el ejemplo, podemos enseñar a nuestros hijos desde pequeños a cuidarse y quererse, haciendo deporte, jugando, comiendo, durmiendo bien y limpiando su cuerpo.
· Animarlos a fijarse metas. Establecer algunos objetivos alcanzables para ellos, experimentarán el valor del logro, disfrutarán de los elogios y aprenderán que tener desafíos les hace sentirse “grandes”.
· Alimentar una autoestima positiva. Ayude a que aprenda a confiar en sí mismo para resolver problemas y tomar decisiones adecuadas. Enseñe a tomar la vida con humor y la capacidad de reírse de sí mismo.
· Enseñarlos a ver lo positivo incluso en las cosas malas. Fomentar una actitud positiva para enfrentarse a las dificultades con optimismo.
· Estimular el autoconocimiento. Enseñemos que con todo se aprende y se crece.
· Aceptar que el cambio es parte de la vida. Ayude a sus hijos a ver que el cambio es parte de la vida, y que se puede reemplazar con nuevas metas aquellas que puedan haberse convertido en inalcanzables.
Comentarios